relatos con arte

Lo que sigue es un intento de utilizar la ficción para motivar el aprendizaje de la Historia de Arte. Lo que sigue son pequeños relatos apócrifos, reflexiones, descripciones, cartas o poemas. Textos inventados siempre, pero inspirados en la historia, para mostrar los sentidos de las obras o adaptarlos a nosotros. En ellos se hace hablar al autor, a un personaje, a un crítico, a un mecenas, a un profesor o a un espectador que nos cuentan sus razones, su manera de ver, su sentimiento o su reflexión ante la imagen plástica. Se intenta llevar a los ojos a un nivel correcto de enfoque (que no pretende ser único o excluyente de otros, pero que sí se pretende interesante) y animar a la lectura de lo que se ve, o lo que es lo mismo, educar la mirada y disfrutar del conocimiento, concediendo al contenido, al fondo de las obras, un papel relevante que en nuestras clases, necesariamente formalistas, se suele marginar.

Cúpula de cristal

Norman Foster: Cúpula del Reichstag, 1999. Berlín
Sobre el edificio más importante de Alemania, el Reichstag o Congreso de los Diputados, sobre el lugar que sirvió para que Hitler engañase a los alemanes con un incendio realmente provocado por los nazis y con un falso culpable comunista, ha construído Norman Foster, arquitecto del grupo del High tech, antes, y del Eco tech, después, una cúpula transparente.
Una cúpula es pura simetría, una semiesfera, el movimiento circular de un semicírculo sobre un punto. En el centro, actuando de soporte, una forma cónica invertida se situa bajo el eje de la cúpula y nos permite contemplarnos en sus múltiples espejos. Los espejos, además, reflejan la luz que llega a través del cristal de la cúpula hacia el espacio profundo del interior del edificio, hacia el lugar en donde los diputados discuten sobre el presente y el futuro de todos los alemanes, e ilumina con su luz sus pensamientos.
Interior de la cúpula. 1999. Norman Foster
Interior de la cúpula: 1999. Norman Foster
Por sus márgenes internos, una rampa espiral nos permite ascender hacia lo alto y contemplar la hermosura de la ciudad más extraña de Europa. La ciudad que se inventó el racionalismo ilustrado de Federico II de Prusia, una ciudad que estuvo dividida treinta años por un muro de odio. Este muro separó el corazón de los hombres del mundo durante la guerra fría y, aunque cayó sin estrépito en 1989, sigue estando en el sentido de los pensamientos de los hombres del siglo XXI. Contra ese horrible muro de piedra, que cantó también Pink Floyd, contra el terror de los injustificables atentados terroristas, una enorme cúpula de cristal transparente, en cuyo interior hay un cono invertido que refleja la luz a su interior. Nuevamente, como en las catedrales góticas es la luz de la verdad la que nos habla a través de la sabia transparencia del cristal, nuevamente es la espiral la línea que nos conduce hacia lo alto...
Porque es posible la belleza, la luz y la utopía democrática, por este hermoso poema arquitectónico: Gracias Norman.

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