relatos con arte

Lo que sigue es un intento de utilizar la ficción para motivar el aprendizaje de la Historia de Arte. Lo que sigue son pequeños relatos apócrifos, reflexiones, descripciones, cartas o poemas. Textos inventados siempre, pero inspirados en la historia, para mostrar los sentidos de las obras o adaptarlos a nosotros. En ellos se hace hablar al autor, a un personaje, a un crítico, a un mecenas, a un profesor o a un espectador que nos cuentan sus razones, su manera de ver, su sentimiento o su reflexión ante la imagen plástica. Se intenta llevar a los ojos a un nivel correcto de enfoque (que no pretende ser único o excluyente de otros, pero que sí se pretende interesante) y animar a la lectura de lo que se ve, o lo que es lo mismo, educar la mirada y disfrutar del conocimiento, concediendo al contenido, al fondo de las obras, un papel relevante que en nuestras clases, necesariamente formalistas, se suele marginar.

Diafanidad

"San Pietro in Montorio"  Donato Bramante. 1502. Mármol y granito gris.
El edificio que mejor representa el Pleno Renacimiento, es decir, el que se acerca más a los presupuestos de belleza idealista propios de este movimiento clásico, es este pequeño tholos de dos naves concéntricas, de granito gris y mármol blanco y de orden dórico toscano. Lo proyectó para Fernando el Católico, Donato Bramante. El edificio es también un martirium, es decir, una construcción semejante a aquellas que en época paleocristiana se hacían sobre el lugar en donde se había producido un martirio. En ellos será común la planta central con dos naves concéntricas. Pues bien, en el sitio en donde la tradición cuenta que había sido martirizado San Pedro, se construyó este templete (templo pequeño) de San Pietro. Está casi en la cima de la colina del Trastévere (in montorio), en un territorio que aún está gestionado por el estado español.
La razón de su relevancia estriba, para muchos, en su decoración escasa, lo que permite utilizar el rigor proporcionado y armónico del módulo del severo orden toscano. Yo soy de otra opinión. Este pequeño edificio, ya que su cella tan sólo mide 3,5 m de diámetro, es la culminación del renacimiento porque su planta circular con cúpula alcanza el ideal de la época: la diafanidad, es decir, la claridad constructiva de la planta central y la geometría del círculo de simetría infinita.

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