relatos con arte

Lo que sigue es un intento de utilizar la ficción para motivar el aprendizaje de la Historia de Arte. Lo que sigue son pequeños relatos apócrifos, reflexiones, descripciones, cartas o poemas. Textos inventados siempre, pero inspirados en la historia, para mostrar los sentidos de las obras o adaptarlos a nosotros. En ellos se hace hablar al autor, a un personaje, a un crítico, a un mecenas, a un profesor o a un espectador que nos cuentan sus razones, su manera de ver, su sentimiento o su reflexión ante la imagen plástica. Se intenta llevar a los ojos a un nivel correcto de enfoque (que no pretende ser único o excluyente de otros, pero que sí se pretende interesante) y animar a la lectura de lo que se ve, o lo que es lo mismo, educar la mirada y disfrutar del conocimiento, concediendo al contenido, al fondo de las obras, un papel relevante que en nuestras clases, necesariamente formalistas, se suele marginar.

Catedrales

Catedral de Rouan. 1892-93. Claude Monet. Museo Quai d'Orsay.
Catedral de Rouan. 1892-93. Claude Monet. Museo Quai d'Orsay
Gracias a que se acaban de inventar esos tubos de óleo envasados puedo salir a pintar la imagen de la realidad. Es eso lo que me interesa. No la realidad en sí misma, sino la forma en la que las figuras se transforman por la luz, que es el color. La imagen es cambiante, esto lo prueba ese otro invento que llaman fotografía. Por eso el pintor ha de ser rápido, ha de ser capaz de pintar sin contornos ni dibujos y las sombras han de ser de otro color, no del mismo color ennegrecido. Hago series de paisajes sin variar la posición del objeto, ni del punto de vista. Ni siquiera cambio el encuadre. Tampoco cambio el soporte, siempre lienzos de un metro de alto por setenta cm de ancho. Tan sólo varío las manchas de color dispuestas sobre él, como escamas luminosas. Así son mis catedrales. Los lugares en donde Dios se hace luz, transformados por la luz del mismo Dios.

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